Ubicada en el centro de la zona Oeste de Navarra, la Sierra de Lokiz se extiende desde el corredor alavés de San Vicente de Arana y Santa Cruz de Campezo hasta los valles de Allín y Metauten, con una longitud de unos 22 km y una superficie de 140 km cuadrados. Constituye el flanco meridional del Valle de Améscoa / Amezkoa.
Se trata de un macizo kárstico de forma alargada y de carácter menos marcado que el de su compañera, la Sierra de Urbasa. Con cuatro acuíferos principales, Lokiz se caracteriza por sus cortes escarpados, unas pendientes de vértigo, cavidades escondidas y paredes monumentales que dan forma a esta antigua tierra de carboneros, tan poco dada a la arrogancia.
Por tratarse de una frontera bioclimática natural, su flora es tremendamente variada. Desde las mayores elevaciones hasta las zonas más bajas, se suceden escalonadamente las hayas, los robles, las encinas, los madroños, las coscojas o las sabinas, entre otras muchas especies. Su fauna, igualmente rica y diversa, deja grandes extensiones para los corzos y jabalíes. Sobrevolando su personal silueta de roquedales podemos contemplar, sin demasiado esfuerzo, a los búhos reales, buitres leonados o cernícalos.
Sus picos más altos, todos por encima de los 800 metros, son el Monte Santo (1.255 m), al Norte, en el límite entre Navarra y Álava, Peña Gallet (1.158 m) y Dos Hermanas (865 m), una vez pasado el Ega, hacia el Sur.